Princesa

domingo, 26 de octubre de 2008

El castillo de la princesa se derrumbo y el final feliz en un cuento de terror se convirtio
ella corria por la cera de su casa cuando algo extraño la perseguia
no sabia que era hasta que decidio no correr mas, y descubrio que era algo llamado tristesa
ella no lo conosia pues siempre habia sido feliz con todo lo que pedia, hasta que ese mounstro tan grande llego a su castillo y se lo llevo sin preguntar, ella no sabia que hacer solo podia llorar y gritar, ella no queria que eso le pasara, pero no podia hacer nada mas, estaba dentro de un cuento de terror, cuando ella solo conosia los cuentos con felicidad, esos cuentos donde la princesa se casa con el principe, donde los padres d el tambien son felices, donde no hay disturbios, ni gritos, ni ofensas, donde todo es como lo sueña.
ella ahora descubrio que no conosia todo lo quehabia a su alrededor, que el mundo es diferente y que no todo el tiempo se es feliz, pero tambien descubrio que puede vencer a ese monstruo que su castillo destruyo.
ahora ella puede construir uno mejor.

5 comentarios:

««₣ЄŁỊρЭ»» dijo...

Ladrillos y piedras nuevos...

Nuevos elementos que ayudan a construir un nuevo hogar, una nueva estancia para un corazon valiente que no se deja derrotar tan facilmente por el destino malvado que deja solo penas a su paso.

La luz ilumina nuevos caminos, nuevas metas, muchas que pueden llevar a la felicidad añorada... solo es cuestión de perseverar pequeña princesa... solo es cuestión de perseverar.

Anónimo dijo...

Lamentablemente esa es la realidad de muchos. Se casan creyendo que sera felices para siempre y se dan cuenta que todo era momentaneo y que la verdadera persona con la que se casaron se quita el disfras de principe y queda al descubierto el mountro que lleva dentro.....
Esto le pasa tanto a hombre como a mujeres

Anónimo dijo...

princesa

su castillo no esta derrumbado totalmente

puede construir uno mejor

y conozco alguien puede ayudarle

;)

besos

Free dijo...

siempre he sentido una especie de ternura, por no llamarle conmiseracióbn de las princesas.

Pobres de ellas que han asumido tranquila y pausadamente el yugo de saberse muñecas.

Bien por aquella princesa que se ha quitado la corona para darse cuenta de que es pesada e innecesaria, y que el vestido de tul y tontejuelas es incomodo, para correr y poder disfrutar del pasto recién cortado....

un beso, mi niña!

pao_duh dijo...

comentario comentariosoo comentantee ia pues ia
mira qe e revivido mi blog